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| Toscano Estravecchio |
¡Que mejor manera de empezar un buen día que con un cafe bien cargado y una tostada de pan compacto pero esponjoso, y aderezado con un buen aceite de oliva virgen extra¡ Alguien podría pensar que es perfecto, pero no sabe que falta algo especial e imprescindible para un amante del
"fumo lento" y eso es degustar una de las muchas variedades que nos ofrece el mundo de los "
Toscano". Como aquí en España solo tenemos ocasión de conseguir cuatro de ese extenso catálogo, aunque espero y deseo que en un futuro se pueda tener acceso a alguno más, debería fumarme un
Toscano Classico, por ser el menos intenso de todos ellos y tal vez el más adecuado para empezar el día, pero como las sensaciones tras tan suculento desayuno han sido buenas, voy a homenajearme con la "
fuma" de un "
Toscano Extravecchio" que ya tengo en mis manos tras haberlo extraído del humidor, donde tengo la costumbre de dejarlo reposar durante al menos un mes tras su adquisición en mi estanco de compra habitual.
Tras quitarle su capa de celofán protectora, sobre la cual hay un debate sobre si se debe de dejar o no para conservarlos en el humidor, algo sobre lo que ya hablaremos, la primera sorpresa ha sido el del color de la capa externa, especialmente oscura y ligeramente brillante y algo aceitosa, con cierta rugosidad, lo que para mi gusto particular le da cierto empaque y recuerdo a lo tradicional. Pero es que además se presenta inesperadamente más compacto de lo habitual tanto en el centro , con un buen abultado vientre, como en las puntas, lo que me pronostica una buena fumad,a intensa y llena de aromas.
Como bien es sabido, al realizarse a maquina cada un puro se presenta de forma diferente a las demás, con lo que al abrir una petaca de los 5 puros que los contiene, cada uno de ellos es ligeramente diferente a los demás en cuanto color, rugosidad, forma (más o menos recto o curvado, sobre todo en las puntas), y cuerpo más o menos compacto.
El escoger uno de los puros que permanece en el humidor es un emotivo ritual donde se despiertan todos los sentidos, dejándonos guiar por la intuición de ese momento, para elegir "ese" puro que nos va a proporcionar un inmenso y buscado placer durante toda su
"fuma lenta". Y hoy en particular he escogido, como bien he señalado antes, uno especialmente compacto, oscuro e irregular en su exterior. Bien es sabido que los fumadores de los puros clásicos y en especial de los habanos, aprecian la regularidad y uniformidad de su capa externa, y para mi siempre fué así hasta que descubrí el mundo "
Toscano" hace unos 10 años, y por casualidad, en un viaje en coche por tierras andaluzas, al pararme a tomar un cafe en una venta de carretera, de las tan habituales en nuestra tierra, donde había un pequeño estanco al que entre como de costumbre hago cuando veo uno, para ver lor puros que suelen tener. Y cual fué mi sorpresa al ver en la estanteria unos puros que me llamaron la atención: una caja de "
Toscano Classico". Alli empezó mi particular relación de afinidad, sugestión y encanto con los toscanos, que se ha incrementado día a día y se ha mantenido hasta el presente, y por siempre espero sea así.
Pero vayamos a la "fuma lenta" de esta mañana. Trás apreciar su aroma y dusto en seco, es decir antes de encenderlo, lo cual tengo siempre por costumbre, y haberme deleitado durante unos instantes entre mis manos, procedo a encenderlo con una buena llama en la totalidad de esa punta, que como decía antes ha resultado estar bastante compacta, y la primer inhalación ha sido intensa y ligeramente picante, no muy amarga,sensaciones que ha medida que ha ido avanzando "
la fuma lenta" han ido apareciendo esas notas a madera, frutos secos, ese aroma intenso del Kentucky, y una combustión bastante homogenea, y una capa que ha mantenido su regularidad durante toda la fumada. Ha producido una ceniza bastante compacta que se ha permanecido sin abandonar el puro durante varias inhalaciones seguidas.
En resumen, ua buena forma de empezar el día, con el inmenso placer de una fumada de la cual aún, un par de horas después, mantengo el recuerdo de sus sabores y aromas, para acometer en breve otra fuma "lenta" en cuanto el tiempo me lo permita.
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